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CARTA SOBRE EL CUBRISE LA CABEZA

Bayamón, julio 14 de 1983

Sra. Irma N. Vda. de Mejía
Río Piedras

Hermana:
Soy el misionero que le visitó el domingo pasado y que le prometió enviarle un folleto, que adjunto a ésta.
Después de presentarme le saludo en el nombre del Señor Jesús, deseándole esté bien.
Como ya le dije, el asunto de cubrirse o no las mujeres no es asunto de primer orden en la doctrina cristiana, pero permítame tratarle de nuevo esto, ya que fue tema de nuestra conversación y no quedó del todo aclarado.
Yo sé que usted, al igual que la mayoría de los religiosos, interpretan el versículo 15 de 1Cor.11 como si dijera que el pelo largo es un sustituto del velo, o lo que es lo mismo, que con el pelo largo la mujer no necesita cubrirse con otra cosa.
Cuando queremos conocer la verdad no podemos aislar un versículo y concretarnos a él solamente, sino que debemos atender al conjunto, analizando y comparando los distintos versículos que tratan de un mismo asunto. Si el versículo 15 quisiera decir lo que ustedes interpretan, entonces habría una contradicción con los versículos 6 y 10; pero la Biblia no se contradice a sí misma.
Note que el versículo 5 dice que si la mujer ora o profetiza sin cubrirse la cabeza, es lo mismo que si se cortara el pelo; y en el 6 dice en forma imperativa: “Porque si la mujer no se cubre, trasquílese también”; y al contrario, si no se trasquila, pues entonces cúbrase.
Todo esto indica que para adorar a Dios, la mujer debe tener el pelo largo y la cabeza cubierta en señal de sujeción (verso 10); en cambio, si la mujer se desmanda, y se corta el pelo, no tiene caso que use esa señal sobre sí.
Si usted tiene diccionario bíblico lea en la parte referente a VELO, que aclara bastante esta idea.
No hablo de esto para entrar en contradicciones inútiles; le trato de esto porque me parece que usted es sincera en su búsqueda de Dios, y tuve indicación de llegar a su casa, por lo que quise sugerirle algo que le ayudara a adelantar en el camino progresivo a la perfección.
Si usted tiene a bien hacerme unas letras, me sentiría complacido. Sin más ahora, queda deseándole grandes bendiciones del Señor,

Ob. Buenaventura Luis